Pues sí, aunque suene extraño las relaciones sentimentales son simples como casi todas las cosas en la vida, sencillas en su origen, complejas en nuestra mente fruto de inseguridades y dudas.
Pensemos un momento (pero solo un momento) la de tiempo que pasamos meditando las cosas, valorando las posibilidades de éxito que podemos tener con ella si hacemos esto o si hacemos lo otro, imaginando cual es la mejor forma de actuar posible para agradarla, así, una y otra vez, continuamente, comiéndonos la cabeza.
Con lo fácil que sería: “Mira, me gustas , estoy a gusto contigo” la otra persona te puede corresponder o te puede decir: “Pues a mí no , no me gustas”, desde ese mismo momento hay que pensar “vale” pues me lo ha dejado claro, siguiente, seguro que en algún sitio hay otra persona que te quiere mas y te va a valorar más que ella.
Estas reacciones duelen, sí, pero la ventaja es que ya lo sabes, no te quedas en casa pensando en que pensara, porque ella ya te lo ha dicho, no te quiere. Pues perfecto, así te ahorras quebraderos de cabeza, pajas mentales, margaritas deshojadas por el suelo etc . Y es que en mi caso son muchas las margaritas que llevo tiradas, pensando en que piensa, pensando en que podría hacer por ella, pensando…eso, “pensando”.
El Pensar…el tener la esperanza de “ojala ella…” y si…” eso no hace más que alimentar un vacío, un sueño que existe en nuestra mente pero que todavía no existe en la realidad, para que sea real, para que exista hay que pasar a la acción
La esperanza implica esperar
el esperar es no actuar
y el no actuar…
